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Alex Calle - Ceramista de Chulucanas

Jorge Alexander Calle Sosa es originario de Chulucanas, Piura. Aunque la mayoría de los miembros de la familia de su madre se dedicaban a la producción de cerámica, cuando era niño no estuvo directamente relacionado con esta actividad.

Alex estudió economía en el programa de educación a distancia de la Universidad Inca Garcilazo de la Vega y trabajó en una fábrica de frutas confitadas. En 1999, a los 25 años, dejó de estudiar y comenzó a trabajar en el taller de cerámica de su tío José Sosa.

"Cuando comencé, no sabía nada sobre los procesos de producción, empecé desde cero en el área de encerado." Después de esto, fue pasando de un área de producción a otra, hasta convertirse en el jefe de producción del taller José Sosa. Ahí se dio cuenta de que algunos fallos en los procesos estaban provocando una pérdida significativa, pero no tenía la libertad para aplicar sugerencias ni desarrollar más sus capacidades. En 2003, decidió independizarse y montar su propio taller. Comenzó a trabajar desde casa y a preparar muestras para un cliente. Las muestras fueron aceptadas y se hizo un pedido de 200 piezas.

 

"Mi primer pedido, que fue entregado cumpliendo los plazos establecidos, fue mi carta de presentación. Algún tiempo después recibí un pedido de 2,000 piezas, que tomé como un desafío." Como tal cantidad era demasiado grande para producirla en su casa, fue a ver a su padre para pedirle un terreno que tenía a unas pocas cuadras.

"La historia de mi taller comenzó con S/.500 porque era lo único que tenía cuando me mudé. El terreno no tenía ningún tipo de instalaciones, ni siquiera electricidad, y el tiempo corría en mi contra. Informé a mi cliente sobre esta situación y me dieron un adelanto del pedido. Con ese dinero contraté a la empresa eléctrica y compré hasta los postes de luz, y las esteras de paja para el terreno. Nivelé el terreno porque tenía montículos y, en esas condiciones, comenzó la producción. Conocía a personas en la actividad, por lo que pude contratar trabajadores. Así saqué mi primer gran pedido."

Ha hecho un acuerdo económico con su padre y ahora el terreno le pertenece. En 2006, comenzó a construir con ladrillo y cemento y compró el equipo necesario para cubrir los pedidos.

"La construcción del taller ha sido el resultado de dos años de trabajo. En 2004, solo había esteras de paja y en 2006, pude construirlo; mi capacidad de producción mensual es de aproximadamente 5,000 piezas, pero aún falta mucho por hacer… estoy a medio camino."

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La técnica: El legado ancestral de Chulucanas

"Poco a poco descubrí un mundo completamente nuevo en el taller. Me quedaba después de las horas de trabajo para ver cómo se hacía la decoración y el ahumado, y comencé a aprender todos los procesos. La verdad es que me gustó mucho y no me importaba quedarme toda la noche en el taller."

Alex representa una nueva generación de jóvenes alfareros, ya que tiene una mentalidad más moderna y emprendedora: está abierto a la innovación, a probar nuevas formas, colores, texturas y técnicas propuestas. Recuerda cuando trajeron el torno de alfarero en 1998, lo que supuso una revolución técnica en el pueblo. Aprecia profundamente el apoyo constante que recibe y siente que puede crecer mucho más, siempre que haya demanda.

El Origen: Chulucanas

En la región norte de los Andes peruanos, cerca de la frontera con Ecuador, el pueblo de Chulucanas lleva una herencia cerámica que data de hace 1,500 años. Originalmente elaboradas por artesanos precolombinos, estas cerámicas han encontrado una nueva vida en las manos de los alfareros locales, quienes han reinterpretado las antiguas técnicas para adaptarlas al presente.

 

La cerámica de Chulucanas tiene una firma única, difícil de encontrar en cualquier otra región. ¿El negro profundo y aterciopelado? Se logra mediante una segunda cocción con hojas de mango, una técnica que oscurece la arcilla de forma natural, sin químicos ni esmaltes.

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